Descripción

¿Cómo nació el Universo, el Sol, la Tierra, las criaturas vivientes y los humanos? Preguntas que se encuentran en el fondo de las más antiguas tradiciones de pueblos dispersos en todos los continentes. Una incógnita que todavía inquieta a muchas personas. Queremos saber de dónde venimos. Los creyentes en Dios creemos que somos una creación divina, hecha de manera deliberada por nuestro Dios, como es enseñada en nuestras sagradas escrituras, la Biblia. Los naturalistas ateos responden que gracias una serie de accidentes fortuitos, no repetibles, se creó el universo, la vida y los humanos.

Toda visión del mundo tiene que comenzar en alguna parte: Dios o la materia. Todo lo demás en la vida de las personas parte de esa elección inicial. La creación por Dios es el fundamento de toda la visión cristiana del mundo. Porque si Dios creo toda la realidad finita, entonces todo aspecto en la vida de las personas debe estar sujeta a Él. Toda su verdad revelada en la Biblia es cierta, y debe ser creída y obedecida. La visión cristiana del mundo comienza con la creación, con una deliberada acción por parte de un ser personal que ha existido desde la eternidad.

La mayoría de los científicos no solo están reconociendo que hubo un gran comienzo, un Big Bang, sino que además reconocen que la estructura física del universo ofrece evidencia de propósito y de designio. Se lo conoce como “principio antrópico”, que declara que la estructura física del universo es exactamente lo que debe ser para que exista la vida. ¿Podemos aceptar que es gracias a la mucha suerte que se dan las condiciones para que la vida florezca en nuestro planeta? Los creyentes creemos que no, ya que las muchas casualidades que se tienen para que nuestro universo exista, y la vida se desarrolle en nuestro planeta, se tiene que transformar de la suerte que se pregona, en el propósito del constructor.

Este libro trata de responder estas dudas, desde la perspectiva de la ciencia, ya que la ciencia desvela los misterios de la naturaleza, reconociendo los grandes avances científicos en distintas disciplinas, pero también debemos reconocer los muchos milagros en la creación del universo, la vida y el humano.

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Autor

Antonio Velasco Reckeweg